Pese a que la península itálica contaba con ricos alimentos para una dieta equilibrada, los romanos aumentaron su despensa gastronómica gracias a rutas comerciales por tierra y mar, además de por sus largas estancias en tierras conquistadas. A las aceitunas, el vino, el aceite, la fruta, el queso y la carne sumaron las especias de Oriente o la charcutería de la Galia. Los manjares no faltaron. Prueba de ello es una reciente investigación arqueológica desarrollada en Astorga, donde ha sido hallado un millar de ostras, además de berberechos y almejas, que data de entre los siglos I y V. Se trata de un descubrimiento de excepción, ya que se pensaba que los primeros en consumir este molusco vivieron en la zona del Cantábrico hace 40.000 años. Qué exquisito paladar el de los romanos.
Madrid por el poeta Blas de Otero
Hace 6 años
Muy interesante! Yo soy un poco romana también!
ResponderEliminarPues yo creo que vivían mucho mejor que nosotros y con menos necesidades estúpidas!
ResponderEliminarSe pone de manifiesto una vez más que la sociedad romana, aun en las tierras más alejadas de la capital del imperio, era mucho más avanzada de lo que normalmente se admite.
ResponderEliminar